Nota por: www.primicia.com.ve
Una muchacha que cuando era
adolescente no quería saber mucho del softbol, ya que lo suyo era el béisbol,
terminó entregándose hasta ahora por 23 años a la pelota suave dentro y fuera
del terreno de juego.
Se trata de María Soto, quien
representó por primera vez a la selección nacional de Venezuela cuando tenía 15
años, después de que jugara unos Juegos Nacionales Juveniles en Barinas,
representando a su estado Carabobo.
A partir de allí empezó un amorío que
hasta el sol de hoy no se ha terminado. Soto ha dedicado su vida a la pelota
suave dentro del terreno y a partir del 2010, año en el que cambió su vida,
también ha hecho un trabajo memorable fuera de un estadio de pelota.
La jugadora que tuvo la suerte de
estar en los Juegos Olímpicos Beijing 2008, visitó Ciudad Guayana y PRIMICIA no
desperdició la oportunidad para conversar con Soto sobre sus nuevos proyectos y
su carrera deportiva en general.
La criolla se mostró desde un primer
momento alegre ya que había logrado algo por lo que trabajó mucho: que el
softbol ingresara nuevamente como deporte a los Juegos Olímpicos, esta vez para
Tokio 2020.
Desde el 2011 la atleta formó parte de
las presentaciones de los proyectos por parte de la Federación Internacional de
Softbol (ISF por sus siglas en inglés) ante el comité organizador de Tokio
2020, esto porque en el 2010 Soto fue elegida como la representante de los
atletas de todo el mundo ante la ISF.
CAMINO
COMPLICADO
“Estuve en tres oportunidades en Japón
haciéndole presentación a ellos (comité organizador de Tokio 2020), también
estuve en Suiza ante el comité deportivo para que ellos a su vez hicieran la
recomendación a Tokio. Desde el 2011 estamos en esto”, aseveró Soto.
La jugadora manifestó que no solo fue
mostrar el lado bonito del deporte, sino que también tuvieron que explicar cuál
era el beneficio que recibía el país por tener al softbol y béisbol en sus
juegos. Recordó que en ese aspecto también juega la parte monetaria.
El comité organizador hizo unas
cuantas peticiones para ello, y sobre eso Soto comentó que “nos pidieron que
fueran los mejores atletas a participar, obviamente las Grandes Ligas fue un
tema que se tocó y nosotros les explicamos numéricamente que las mayores
representa solo un 20 % de lo jugadores que van a competir”.
El softbol femenino y el béisbol
masculino se unieron en un solo bloque para ingresar al programa, ya que solo
le permiten 11 mil atletas y faltaban pocos para llegar a esa cifra, por lo que
hicieron grupos de disciplinas deportivas.
En Beijing 2008 participaron ocho
equipos en cada disciplina, esta vez serán solo seis por esta misma causa de la
cantidad de atletas. “Estamos haciendo una campaña para que el béisbol femenino
y el softbol masculino entren a los Juegos Mundiales, que de allí salió el
karate y el softbol femenino”, afirmó.
DEJA
LA PUERTA ABIERTA
Para Soto existe una esperanza en que
los jugadores del béisbol de Estados Unidos puedan participar en un juego
olímpico a pesar de la negativa de MLB, “yo creo hay una ventana abierta
todavía, en mi opinión los mismos atletas se han dado cuenta que son Grandes
Ligas, tengo ocho o diez años aquí pero ¿qué me falta? así como han hecho los
NBA, que han ido a completar su carrera en un Juego Olímpico”, opinó.
La valenciana añadió que quizás desde
el punto de vista mercantil sea una pérdida para MLB ya que ellos están
apostando todo al Clásico Mundial de Béisbol. Además, comentó que serían solo
cinco días los que tendrían que parar en un hipotético caso por lo que los
pitchers mantendrían su misma rotación que vienen trayendo en la temporada.
Pensando en el 2024 la seleccionada
nacional por 20 años aproximadamente soltó que la probabilidad de que el
béisbol y softbol continúen para el siguiente juego olímpico depende más de la
sede que de la participación de los peloteros de la gran carpa.
Cree que si la sede es Roma o Los
Ángeles tienen una gran oportunidad de estar. La primera debido a que el
presidente de la confederación es italiano y la segunda por la tradición del
deporte en Estados Unidos.
2017,
UN AÑO CLAVE
Para Soto el 2017 será un año clave,
ya que allí es cuando Venezuela buscará su clasificación a los próximos Juegos
Olímpicos. El sistema para meterse en la cita aún no está confirmado.
“El sistema va a ser (fue) discutido
el 16 de septiembre en Monterrey, México, yo estaré en representación de los
atletas. Allí se discutirá tanto el béisbol como el softbol. Una propuesta es
que vayan los cinco primeros puestos del Mundial de Tokio 2018”, confesó.
Soto espetó en varias ocasiones que
son diez meses los que tiene el equipo venezolano para prepararse lo mejor
posible para buscar meterse en Tokio 2020. La jugadora de pelota suave ya tiene
38 años, pero aún no cierra la puerta a estar en esa cita. “No sé en que faceta
estaré, pero de algún modo diré presente allí”.
La carabobeña sí aseguró que en el
proceso de clasificación iba a estar, además dejó claro que aunque Venezuela en
el softbol femenino necesita formar una generación de relevo, aclaró que en
menos de un año no habrán unas nuevas atletas así que deben prepararse las que
están.
“En el mundial de este año en Surrey,
Canadá, llevamos tres jugadoras por debajo de los 21 años, lo que quiere decir
que sí hay material en el país”, recordó.
EL
PITCHEO COMO PILAR
Ante la pregunta de qué era lo que le
faltaba a Venezuela para dar ese paso y meterse en la élite del softbol
femenino mundial, Soto no dudó en responder: pitcheo.
Los logros que ha tenido la selección
criolla se deben en gran parte a la actuación de la lanzadora estelar Mariangee
Bogado, quien se retiró del equipo nacional en el 2014, luego de quedar
eliminadas en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Veracruz.
“El mal que hemos vivido en esta área
(Sudamérica) es el pitcheo, un pitcheo que sea consistente que se mantenga en
un alto nivel unos seis o ocho años para que podamos conseguir estar en una
semifinal o en el podio, siempre hemos dependido de una sola”, explicó.
La veterana contó que las demás
selecciones tienen tres lanzadoras de confianza que pueden hacer el trabajo,
ventaja que no posee Venezuela. Estas declaraciones de Soto refuerzan la
intención que tenía el experimentado pitcher upatense Miguel López, de crear
una escuela de pitcheo.
Lo seguro del caso es que María Soto
ha dedicado, dedica y dedicará lo que resta de su vida al softbol femenino y
luchará siempre para que el legado de ella y el de sus compañeras no solo sea
una anécdota en el tiempo sino el comienzo de un largo y buen recorrido para la
pelota suave venezolana.
Nota por: www.primicia.com.ve