Los equipos del continente
americano volvieron a destacar en un Mundial de Softbol Masculino, esta vez, el
que se realizó en Sonora, México, de la categoría juvenil U18.
México debe ser mencionado en
primer lugar para resaltar el grandioso torneo que realizó, ya que los jóvenes
mostraron el más alto nivel que un equipo puede alcanzar en esta categoría. El
hecho de haber sido locales fue un impulso de motivación por su gente, lo que
les permitió llegar cómodamente a la final y obtener el subcampeonato. Pero no
todo está relacionado con lo emocional; sus números colectivos respaldan el
histórico torneo que llevaron a cabo: un promedio de bateo de 326, con 75 hits,
siete jonrones, un porcentaje de embasado de 412 y un OPS de 899. Hay que
mencionar especialmente a Emiliano Solorio, quien se destacó notablemente en el
aspecto ofensivo. El pitcheo mantuvo un récord positivo durante todo el torneo
(6-3) y registró una efectividad de 2.73.
Para continuar, Canadá logró un
merecido tercer lugar, yendo de menos a más durante el torneo. Ganaron sus
últimos tres juegos tras la derrota ante Japón en la súper ronda, incluso
logrando la victoria frente a Venezuela después de comenzar en desventaja. Creo
que los canadienses supieron manejar la presión de ser una potencia mundial y
alcanzar así el tercer lugar, en un partido disputado contra un rival
formidable como Estados Unidos. En cuanto a las estadísticas, quiero destacar
las de la segunda ronda, que resultaron ser cruciales para el equipo de la hoja
de arce.
De los 26 hits colectivos, 10
fueron conectados por Adrian Green y Alexander McGillivray (ambos con cinco), y
la producción de carreras fue destacable: de las 17 anotadas, 15 fueron
impulsadas. El lanzador Nicholas Neid se destacó entre todos al registrar tres
victorias sin derrotas, incluyendo la que les dio la medalla de bronce. Mantuvo
una efectividad de 2.03, la mejor del equipo durante todo el torneo.
Me decepcionó ver a Estados
Unidos, luego de haber conseguido el campeonato Panamericano, fuera del top
tres en el mundial. Siempre tuve la esperanza de que, de los seis clasificados
a la super ronda, del continente, al menos tres se llevarían medallas. Incluso
consideraba la posibilidad de ver a Japón y Australia fuera de ese grupo élite.
Estados Unidos había ingresado como un fuerte favorito para pelear por la
medalla de oro contra México. Sin embargo, una de las razones clave por las que
EE. UU. no logró llegar a esa final fue su dependencia al 100% de un solo
lanzador, el talentoso Cody Gibbons. De los ocho juegos, él inició siete, ganó
tres y perdió tres. De los 51 innings jugados por Estados Unidos, Cody lanzó 44
y dos tercios, lo cual fue impresionante.
Algunos lo criticaron por su
actitud y porque no pudo brindar el mismo campeonato y desempeño que mostró en
el Panamericano en cuanto a resutados. Y eso sin tener en cuenta todos los
innings adicionales debido al torneo en Colombia. No profundizaré en otros
aspectos del equipo estadounidense, ya que todo el mérito lo quiero atribuir a
Cody, quien fue el motor durante todo este proceso. Creo que el softbol en EE.
UU. necesita prestar más atención a esta categoría para recuperar la posición
que tenía en los años 90 en la categoría mayor, sin menospreciar el esfuerzo
del equipo en su totalidad. La medalla de bronce se perdió en un duro
enfrentamiento, cayendo por muy poco ante los canadienses.
No puedo dejar de mencionar al
equipo de mi país, Venezuela, que logró el sexto lugar. Considero que merecían
quedar en una posición mejor.
Los jugadores mostraron
templanza y orden; se compactaron desde el Panamericano y el subcampeonato de América
los motivó a ser mejores en el Mundial. Enfrentaron a rivales con mayor
preparación y experiencia, lo cual fue un reto para Venezuela.
Lamentablemente, no lograron
definir los juegos que comenzaron ganando. Desde el inicio del evento, contra
Estados Unidos, tomaron ventaja 3-0; contra Japón sorprendieron en el primer
inning, pero luego Japón demostró superioridad. Mantener a Australia sin
anotaciones hasta el quinto inning, con dos carreras a favor, prometía una
mejor posición en la fase de super ronda. La victoria frente a México
quitándoles el invicto y la derrota ante Canadá en extra inning, fueron puntos
decisivos y razones, las que me llevan a que no merecían quedar en sexto lugar,
sino más bien en tercera posición.
El juego final contra Canadá
dejó claro que hay talento en Venezuela, y es crucial aprovecharlo incluyendo a
estos jugadores tanto en la categoría U18 como en la U23, para no perder el
talento y el ritmo que demostraron estos jugadores.
En cuanto a los números, los compatriotas mantuvieron un equilibrio en todos los aspectos. No fueron dominantes, pero funcionaron como equipo. Lograron un promedio de bateo de .247, un OBP de .341 y un OPS de .717. Juan Pereira fue destacado quedando en el All World Team con un promedio de .435, dos jonrones cruciales, cinco impulsadas y un slugging de .826. En resumen, Pereira lideró todos los aspectos ofensivos de Venezuela. En cuanto a los lanzadores, considero que funcionaron lo suficiente para competir en el torneo. La mayor parte del trabajo recayó en su estelar Carlos Pinto (30IP, 2G, 3P, 4.43 de efectividad). Felicitaciones a los jugadores de Venezuela.
No puedo profundizar en el
análisis de Argentina y Colombia en este momento, pero prometo hacerlo con más
detalle más adelante. Solo mencionaré que el desempeño argentino no estuvo a la
altura de las expectativas y eso les costó perder la posición número uno en el
ranking.
Agradezco tu lectura. Este texto
fue escrito por Énder Chaparro Jr, en Instagram como @enderchaparroyoutube. No olvides compartir, seguirnos y
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